JUSTICIA.Después de 23 años, SEMANA revela las fotografías que podrían resolver el misterio de los desaparecidos del Palacio de Justicia.
Sábado 15 Noviembre 2008
Seis macabras fotografías tomadas en enero de 1986 y los testimonios de dos espectadores circunstanciales –los holandeses Jan Thielen y Harry Van der Aart– podrían resolver el misterio que ha atormentado a los colombianos: ¿dónde están los desaparecidos del Palacio de Justicia?
La búsqueda de la respuesta a esta pregunta es parte integral de la investigación que adelanta la Fiscalía General de la Nación desde finales de 2005 que ha resultado en la detención de dos coroneles y un general de la República. Aunque la Fiscalía ha confirmado la desaparición de por lo menos tres personas, hasta ahora no ha sido posible hallar algún rastro de ellos. En otras palabras, se sabe que salieron con vida del Palacio de Justicia y que no volvieron a aparecer luego de estar bajo la custodia de la Fuerza Pública. Otras ocho personas también están desaparecidas desde los luctuosos hechos del 6 y el 7 noviembre de 1985.
Las fotografías, tomadas por el reportero Harry Van der Aart, muestran una escena dantesca: el entierro de varios cadáveres en una fosa común en la mañana de un miércoles en el Cementerio del Sur de Bogotá. La presencia de Harry Van der Aart y su amigo, el periodista Jan Thielen, en ese lugar, fue fortuita, como le explicaron a SEMANA.
Esas imágenes y la historia de lo que ocurrió ese día, posiblemente se habrían mantenido inéditas si no fuera por otro hecho igual de fortuito: hace 15 días, Thielen decidió revisar por Internet qué pasaba en Colombia, un país donde había sido corresponsal a principios de los 80. Allí se sorprendió con una noticia que lo dejó perplejo: el titular hablaba de las fosas de las víctimas del Palacio de Justicia. La noticia lo golpeó en lo más profundo de su alma, ya que lo recordaba de una experiencia que aún hoy lo mortifica. Fue tanto el impacto, que hizo algo que no había hecho en 10 años: llamó a su gran amigo Harry Van der Aart, quien vive en Holanda, para comentar sobre ese nefasto día que pasaron en la capital colombiana hace ya casi 23 años.
Van der Aart le recordó que tenía unas fotografías del suceso y empezaron a rememorar ese viaje que hicieron a Colombia a principios del año de 1986. No era el primer periplo que hacían juntos. Jan Thielen, quien trabajó durante 20 años como corresponsal de radio y televisión en varios países de América Latina, como Colombia, El Salvador, Nicaragua, Chile, Argentina y Brasil, había invitado a su amigo, a otra aventura periodística con anterioridad. Sin embargo, el amor por el oficio de Van der Aart se acabó ese miércoles de enero cuando vio en vivo y en directo la degradación humana. Desde entonces, se dedica a dictar clases de arte gráfico en Holanda.
Era la cuarta vez que Van der Aart visitaba a Colombia. Thielen había convencido a sus editores de que lo enviaran al país para hacer una serie de reportajes. Colombia había estado en las noticias mundiales por lo del Palacio de Justicia y la tragedia de Armero. Como Thielen relata en su desgarrador testimonio de los hechos (ver nota aparte), decidieron hacer un reportaje sobre la violencia en Colombia y el uso indiscriminado de fosas comunes para enterrar a indigentes e “indeseables” de la sociedad.
En la mañana del miércoles 22 de enero –ambos creen que esa es la fecha–, llegaron al Cementerio del Sur. A los pocos minutos, vieron ingresar dos “pequeños carros o camiones”, según recuerda Van der Aart. En los vehículos había más de ocho cadáveres que fueron removidos y lanzados a una fosa. No fue lo único que arrojaron. De unos baldes, comenta Van der Aart, salieron huesos calcinados, “negros como el carbón” y pedazos de cuerpos. El olor de la muerte estaba en todos lados. Era sofocante, coinciden los dos.
Algunos de los cadáveres estaban hinchados, incluso uno tenía una apariencia verdosa. Otros estaban en muy buen estado; “cuerpos frescos” y con moretones. Según ambos holandeses, parecían haber muerto recientemente, como se observa en algunas de las fotografías. La mayoría eran hombres, pero había por lo menos una mujer. Fue ante la aparición de este cuerpo que Thielen no aguantó y vomitó su repugnancia.
Uno los hombres que participaban en la operación le dijo a Thielen: “Son los hijueputas del Palacio”. Para el periodista holandés, eso explicaría la presencia de los huesos calcinados; eran de personas que habrían muerto en el incendio del Palacio de Justicia.
A ambos les llamó la atención la falta de cuidado con que se manejaban los cuerpos. “No fueron tratados con el respeto que merece un ser humano”, dice Van der Aart. Fue tanta su impresión, que describió en detalle su experiencia en una carta enviada a su mujer días después. Una misiva que aún guarda.
Regresaron de inmediato al hotel, ansiosos de quitarse de encima la fetidez de los cadáveres. Van der Aart recuerda como si fuera ayer su horror al ver incrustado en la suela de su zapato un pedazo de cuerpo humano.
Thielen hizo su reportaje radial, Van der Aart logró vender sólo una de las fotos a un diario. Thielen se estableció hace cuatro años en Salvador de Bahía, Brasil, y Van der Aart en Europa.
La historia de estos dos holandeses sería sola una anécdota más de la violencia colombiana donde las fosas comunes son, tristemente, demasiado comunes si no fuera por esa frase tan contundente que escuchó ese día Thielen: “Son los hijueputas del Palacio”. En enero de 1986, el clamor de las familias de los desaparecidos no tenía mayor eco. La versión oficial de que todos habían muerto en el incendio del cuarto piso era la aceptada. Tal vez por eso, ninguno de los dos le dio mayor trascendencia al comentario de que los muertos eran “del Palacio”.
Pero en noviembre de 2008, gracias a la investigación que adelanta la Fiscalía, que ha encontrado pruebas en lugares insospechados, el episodio descrito y fotografiado por los holandeses no puede ser descartado de antemano.
SEMANA hizo una visita al cementerio con el fin de verificar si las fotografías habían sido tomadas en ese terreno, como lo manifestaban los holandeses. El lote está abandonado –lo cuida un indigente– y está cubierto de maleza y basura. Pero no hay duda de que es el mismo sitio donde estuvieron los holandeses (ver foto de enero de 1986 y noviembre de 2008). Muy cerca de ahí está localizada la llamada fosa oficial del Palacio de Justicia.
En ésta fueron inhumados 26 cadáveres del Palacio el 9 de noviembre de 1985, y el 14, el 23 y el 30 del mismo mes, víctimas de Armero y fetos y otros desechos hospitalarios. En 1998 se ordenó la exhumación de los cuerpos para buscar a desaparecidos. Sólo encontraron a Ana Rosa Castiblanco. La semana pasada, la Universidad Nacional reiteró que ninguno de los 11 desaparecidos restantes estaba en esa fosa.
Según fuentes judiciales, es evidente que esa fosa es diferente a la que describen los holandeses y se ve en las fotografías. Para estas fuentes, que por la sensibilidad del tema pidieron no ser identificadas, el procedimiento de inhumación que presenciaron es altamente irregular. En primer lugar, uno de los vehículos donde transportaron los cadáveres es de un particular, según pudo verificar SEMANA con las autoridades. Ninguno de los hombres porta una identificación de Medicina Legal, la única entidad autorizada para hacer inhumaciones. Varios de los cuerpos no tienen marcas de necropsia, un procedimiento obligatorio para cualquier cadáver. Y llama la atención el desdén con el que arrojan los cadáveres a la fosa. No hay cuidado alguno. Contrasta con los cadáveres enterrados en la fosa oficial del Palacio, que fueron cubiertos con plásticos y de manera ordenada. Según una fuente judicial, hay cuidados mínimos de salud pública que no se cumplieron en la fosa fotografiada por Van der Aart. Con el manejo de los cadáveres siempre existe el riesgo de que se produzca gangrena gaseosa, que puede generar una epidemia en las zonas cercanas al cementerio.
Esas no son las únicas anomalías. Según el registro oficial de todas las inhumaciones hechas en enero de 1986 en los cementerios Central y del Sur, sólo aparece un NN –de 80 años de edad– el miércoles 22 de enero. El martes 21 de enero hubo ocho NN en los dos cementerios, pero de estos había un niño de 2 años y un hombre de 60. Tanto Van der Aart como Thielen insisten en que no vieron niños ni ancianos. Todo indicaría que esa fosa no fue registrada oficialmente.
El estado de los cuerpos también es diciente. No parecen indigentes, como le comentó una fuente judicial a SEMANA.
En las fotos se observa que por lo menos tres individuos sobresalen por ser diferentes al resto de los participantes en la operación. Uno de estos hombres, según cuentan los holandeses, estuvo más pendiente de ellos que de la operación. Los miraba detenidamente. Y los tres hombres, curiosamente, parecían inmunes al fuerte olor de los cadáveres, no usaban tapabocas.
Fuentes judiciales consultadas por SEMANA dicen que es altamente probable que la Fiscalía ordene una exhumación de esa fosa común en las próximas semanas para verificar si hay restos del Palacio de Justicia. Hay tres indicios adicionales que motivarían esta decisión: el comentario que escuchó Thielen sobre el Palacio, los huesos calcinados que describe Van der Aart y la cercanía de esta fosa a la oficial.
En el momento, no hay razones para dudar de la palabra del holandés periodista. Hace años que no ejerce su profesión –está dedicado a hacer documentales– y no parecía estar al tanto de la investigación de la Fiscalía. Tal vez si el coronel Alfonso Plazas, acusado de secuestro y desaparición forzada, no hubiera señalado hace 15 días que los desaparecidos se encontraban entre los cadáveres sin identificar exhumados de la fosa oficial del Palacio de Justicia, Thielen y Van der Aart no hubieran vuelto a hablar entre sí.
Pocos días después de fotografiar el irregular entierro, Van der Aart escribió sus impresiones a su mujer. Su relato no ha cambiado y su descripción de los huesos calcinados es impactante. Si los cuerpos eran de unos indigentes, ¿qué hacían allí huesos calcinados y brazos y piernas mutilados?
Si algunos de los restos eran de Palacio, ¿por qué no se enterraron en la fosa oficial?
En cualquier lado del mundo, la escena que se ve en las fotografías motivaría una investigación. Son más propias de los campos de concentración de la Alemania nazi. Parafraseando a Hamlet: Algo huele mal. Will the lost grave of the Palace?
JUSTICIA.Después 23 years, Semana shows the photographs which could solve the mystery of the missing from the Palace of Justice.
Saturday, 15 November 2008
Six macabre photographs taken in January 1986 and the testimony of two spectators circumstantial-Dutch Jan Thielen and Harry Van der Aart-could solve the mystery that has plagued the Colombian people: where are the missing of the Palace of Justice?
The search for the answer to that question is an integral part of the investigation carried out by the Attorney General's Office since late 2005 that resulted in the arrest of two colonels and a general of the Republic. Although the prosecution has confirmed the disappearance of at least three people, has so far not been possible to find any trace of them. In other words, it is known that left alive from the Palace of Justice and will not appear again after being under the custody of the security forces. Another eight people are also missing since the tragic events of 6 and 7 November 1985.
The photographs, taken by the reporter Harry Van der Aart, show a Dantesque scene: the funeral of several dead bodies in a mass grave in the morning on a Wednesday in the South Cemetery of Bogota. The presence of Harry Van der Aart and his friend, journalist Jan Thielen, there was fortuitous, as he told Semana.
Those pictures and the story of what happened that day, probably would have remained unknown if not for another equally fortuitous fact: For 15 days, Thielen decided to revise the Internet what was happening in Colombia, a country where he had been a correspondent in early 80. There he was surprised with news that left him perplexed: The incumbent spoke of mass graves of victims of the Palace of Justice. The news hit him in the depths of his soul, because it reminded of an experience that even today it mortifies. It was therefore the impact, he did something that had not done in 10 years, called his good friend Harry Van der Aart, who lives in Holland, to comment on that grim day they spent in the Colombian capital nearly 23 years ago.
Van der Aart reminded him that he had photographs of the event and began to relive that trip they made to Colombia in early 1986. It was not the first trip they did together. Jan Thielen, who worked for 20 years as a correspondent for radio and television in several Latin American countries, including Colombia, El Salvador, Nicaragua, Chile, Argentina and Brazil, had invited his friend, another journalistic adventure earlier. However, the love for the craft of Van der Aart ended January that Wednesday when he saw live human degradation. Since then, is dedicated to dictate kinds of graphic art in the Netherlands.
It was the fourth time that Van der Aart visiting Colombia. Thielen had persuaded his editors to send it to the country to make a series of reports. Colombia had been in the news world as the Palace of Justice and the tragedy of Armero. As Thielen recounts in his heartbreaking testimony to the facts (see separate note), they decided to do a story about violence in Colombia and the indiscriminate use of mass graves to bury indigents and "undesirables" of society.
On the morning of Wednesday, Jan. 22, both believe that this is the date, arrived at the South Cemetery. Within minutes, they saw enter two "small cars or trucks," as he recalled Van der Aart. In vehicles had more than eight bodies were removed and thrown in a pit. It was not the only thing that threw. A few buckets, says Van der Aart, left burnt bones, "black as coal" and pieces of bodies. The smell of death was everywhere. It was sweltering, the two coincide.
Some of the bodies were swollen, even one had a green appearance. Others were in very good condition, "fresh bodies" and with bruises. According to two Dutch, appeared to have died recently, as shown in some photographs. The majority were men, but had at least one woman. It was before the emergence of this body that Thielen not endured and threw up his disgust.
One of the men involved in the operation told Thielen: "It is the hijueputas Palace." For the Dutch journalist, that would explain the presence of burnt bones, were of people who died in the fire at the Palace of Justice.
Both have called attention to the lack of care with which handled the bodies. "They were not treated with the respect they deserve a human being," said Van der Aart. Was much print, which he described in detail his experience in a letter to his wife days later. A letter that still care.
They returned immediately to the hotel, eager to cast off the stench of dead bodies. Van der Aart recalls as if it were yesterday his horror at seeing embedded in the sole of his shoe a piece of the human body.
Thielen made his radio interview, Van der Aart managed to sell only one of the photos to a newspaper. Thielen was established four years ago in Salvador de Bahia, Brazil, and Van der Aart in Europe.
The history of these two Dutch would be a single story over the violence in Colombia where the mass graves are, sadly, too common if it were not for that phrase so forceful that Thielen heard that day: "It is the hijueputas Palace." In January 1986, the cries of families of the missing had no greater impact. The official version of that all had died in the fire at the fourth floor was accepted. Perhaps for that reason, neither gave greater importance to the comment that those killed were "Palace".
But in November 2008, thanks to research carried out by the Prosecution, which has found evidence in unsuspected places, the episode described and photographed by the Dutch can not be ruled out in advance.
WEEK made a visit to the cemetery in order to verify whether the photographs had been taken in that spot, as expressing the Dutch. The lot is left-cared-an indigent and is covered with weeds and garbage. But there is no doubt that it is the same site where they were the Dutch (see photo from January 1986 to November 2008). Very near here is located the pit official called the Palace of Justice.
In it were buried 26 corpses of the Palace on November 9, 1985, and 14, 23 and 30 of the same month, victims of Armero and fetuses and other hospital waste. In 1998 he ordered the exhumation of the bodies to search for missing persons. Only found Ana Rosa Castiblanco. Last week, the National University reiterated that none of the 11 remaining missing was in that pit.
According to judicial sources, it is clear that this pit is different from that described the Dutch and is seen in the photographs. For these sources, which by the sensitivity of the topic asked not be identified, the procedure for burial who witnessed it is highly irregular. First, one of the vehicles which transported the corpses is a private, according WEEK was able to verify with the authorities. None of the men carries a badge of Medicine, the only entity authorized to make burials. Several of the bodies had no marks necropsy, a compulsory procedure for any corpse. And striking the disdain with which they throw the bodies to the pit. There is no care whatsoever. Contrasts with the corpses buried in the grave palace official, which were covered with plastic and orderly manner. According to a judicial source, there is minimal public health care that were not fulfilled in the pit photographed by Van der Aart. With the handling of dead bodies there is always the risk of occurrence of gas gangrene, which can generate an epidemic in areas close to the cemetery.
These are not the only anomalies. According to the official registration of all burials made in January 1986 in Central and South cemeteries, only a NN-80-year-old on Wednesday, Jan. 22. On Tuesday, Jan. 21, there were eight NN in the two cemeteries, but these had a child 2 years old and a man of 60. Both Van der Aart Thielen as they insist that they saw no children or elderly. Everything would indicate that the pit was not officially recorded.
The state of the bodies is also telling. They do not seem to indigents, as a judicial source told Semana.
In the photos shows that at least three individuals stand out as being different to the rest of the participants in the operation. One of these men, as have the Dutch, was outstanding most of them from the operation. The closely watched. And the three men, strangely, seemed immune to the strong smell of the corpses, did not wear mask.
Judicial sources consulted by WEEK say it is highly likely that the Prosecutor's Office ordered an exhumation of the mass grave in the coming weeks to see if there are remnants of the Palace of Justice. There are three additional evidence that would trigger this decision: the comment Thielen heard on the palace, burnt bones describing Van der Aart and the proximity of the pit to the official.
At the time, there is no reason to doubt the word of Dutch journalist. For years, does not exercise his profession, is dedicated to making documentaries, and did not seem to be aware of the Prosecutor's investigation. Maybe if Colonel Alfonso Plazas, accused of kidnapping and forced disappearance, had not drawn 15 days ago that the missing were among the unidentified corpses exhumed from the pit officer of the Palace of Justice, Thielen and Van der Aart had not returned to talk to each other.
A few days after photographing the irregular funeral, Van der Aart wrote his impressions to his wife. His story has not changed and his description of the burnt bones is shocking. If the bodies were of some indigent, what they were doing there bones and burned his arms and legs maimed?
If some of the remains were those of the Palace, why not be buried in the pit official?
On either side of the world, the scene you see in the photographs would trigger an investigation. They are more characteristic of the concentration camps of Nazi Germany. To paraphrase Hamlet: Something smells bad.
All thanks to struggle4progress, we have an idea now of what the photographers witnessed.
http://translate.google.com/translate_t?langpair=es|en#
http://www.semana.com/noticias-nacion/fosa-perdida-del-palacio/117788.aspx
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