Democratic Underground Latest Greatest Lobby Journals Search Options Help Login
Google

Prefect of Caracas, Richard Blanco, released after 7 and a half months of jail

Printer-friendly format Printer-friendly format
Printer-friendly format Email this thread to a friend
Printer-friendly format Bookmark this thread
This topic is archived.
Home » Discuss » Places » Latin America Donate to DU
 
ChangoLoa Donating Member (1000+ posts) Send PM | Profile | Ignore Sun Apr-11-10 06:44 AM
Original message
Prefect of Caracas, Richard Blanco, released after 7 and a half months of jail
Richard Blanco, chief of the Caracas police, opposition, was detained in the most arbitrary way last august for a supposed assault on police officer that you can see in the 3 footages below (links):

Richard Blanco is the tall guy with a grey jacket who's trying to protect the same police officer he was accused to have attacked. The cop was taking pictures of the people during an opposition march when the mob became violent against him and started attacking him. Richard Blanco managed to take him out of the crowd as witnessed and declared the other cops who were there. The case in the courts was a failure for the D.A. because the police officer didn't think he had been attacked.

http://www.youtube.com/watch?v=X2Qi6s8U9F4

http://www.youtube.com/watch?v=aPHs1XI26Ms&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=tEt8V2loxQ8&feature=related

7 months and 22 days in the worst jail of Caracas as a "preventive (read intimidation) measure".

Here's Richard Blanco writing about his time of detention in Yare jail (in spanish):

"El día en que llegué a Yare me asaltaron sentimientos encontrados. Dejaba mi familia y dejaba mi trabajo, me estaban depositando en una cárcel luego de una detención arbitraria por un hecho que no cometí.

Primero me llevaron al calabozo 18 y luego por problemas de aguas negras me trasladaron al 17. Era un espacio de 3x3 metros cuadrados, con una letrina (a la vista pública), un lavamanos, una pequeña ducha y una cama de concreto sobre el cual había un delgadísimo colchón: solo que nunca salió agua de las tuberías y debíamos acarrearla de unas cisternas enviadas por el gobernador de Miranda. Luego me servía de un tobo con el cual hacía magia porque debía descargar la letrina, bañarme y asear el calabozo.

Un transistor en la poceta
Allí abundaba la plaga, los grillos, alacranes y chipos. A veces la temperatura llegaba hasta los 39 grados, en la celda podía subir hasta los 43 y sólo en los últimos meses de cautiverio me permitieron tener un ventilador. El resto del tiempo el aire se filtraban por un ventanuco de tres barrotes.

Tampoco tenía luz, no se hable de teléfono y se me negaba el acceso a la televisión, Internet y a los periódicos, cosa que sí le permitían a los demás presos. Pero los amigos nunca faltan y un compañero me prestó un radiecito que escondía en la poceta y sólo captaba RCR y Unión Radio. Así me ponía al día sobre lo que ocurría en el mundo exterior. También en ocasiones podía escuchar o ver desde lejos el televisor de un compañero, pero allí solo entraban Venevisión, VTV y Vive.

Yo exigí un tratamiento igualitario pero el director del retén, quien está haciendo un esfuerzo por mejorar las cosas, me explicó que eran órdenes superiores. Nunca se me dijo de quién, pero yo sabía que eran instrucciones precisas del Ministro del Interior y Justicia.

El preso número 7
Al principio se me negó el contacto con la población penal. Luego cambió un poco la rutina: a las siete de la noche me encerraban y así permanecía doce horas, durante más de siete mes y 22 días que se me hicieron siete años, acostado en una cama donde dormía acurrucado porque soy demasiado alto y materialmente no cabía. Como cerraban a las siete, a las ocho ya dormía, pero a la una de la madrugada estaba despierto y no sabía qué hacer. Ese hábito lo he traído a la libertad y todavía no me he podido librar de él.

A las siete de la mañana hacíamos formación en el patio, pasaban número, cada quien se identificaba y ese era uno de los peores momentos del día porque cuando daba mi número, que era el 7, recordaba mi condición de prisionero. Claro, lo mismo ocurría con mis compañeros: uno había asesinado, el otro era violador, un tercero cayó por drogas y dos colombianos, acusados de paramilitares, también estaban con nosotros. Así que cuando gritaba mi número no podía dejar de preguntarme: ¡Dios mío!, ¿hasta cuándo voy a estar aquí si no he cometido ningún delito?

Luego retornaba al calabozo y desempañaba tareas diversas. A mí me correspondía buscar la comida los días martes, jueves y sábado, así como hacer la limpieza de Torre 2, que era la nuestra. Yo no pedía lomito ni quería caviar, y como la mayoría de los venezolanos provengo de una familia humilde, pero la comida en las cárceles venezolanas es pésima. En muchas oportunidades la carne se servía ya putrefacta, el arroz era incomible, muy pocas veces se nos daba jugo y era difícil conseguir agua potable. Quizás, por eso, ahora sufro de problemas estomacales.

El Blanco perfecto
A lo largo de ese tiempo pude escribir un libro que llamé RICHARD, EL BLANCO PERFECTO, donde recojo la historia de muchos reclusos, con quienes pude establecer una relación de amistad,. Aunque no resultó fácil porque para ellos el prefecto (que es mi cargo) está visto como un policía. Yo era, en su lenguaje, "una mancha" y por eso al principio me rechazaban, fui agredido y hubo insultos, pero poco a poco me fueron aceptando y comenzaron a llamarme "el prefecto de Yare".

Después algunos comenzaron a contarme su drama, que en ocasiones era escalofriante. Ahí comprendí muchas cosas y gracias a Dios soy político (presidente de Alianza Bravo Pueblo) porque conocer en profundidad lo que ocurre en las cárceles venezolanas me permitirá hacer un trabajo legislativo para cambiar esa terrible situación. A lo largo de ese tiempo aprendía a rescatar el afecto de gente que nunca tuvo afecto y cuando salí, la semana pasada lloraban y me despidieron con todo el afecto. Yo, por mi parte, estoy comprometido a trabajar por ellos y a hacerles justicia.

Tan inocente como yo
No tengo la menor duda que la fe en Dios y en la Virgen me ayudó a sostenerme firme; pero también me permitió conocer la otra cara de la moneda, compartir con seres humanos olvidados por la sociedad y decirles que la vida es algo muy distinto a cometer delitos. Al principio se reían y me decían que estaba loco, pero luego dejaron de hacerlo.

Claro que hubo hechos de violencia durante mi estancia. En Yare 1, a treinta metros de donde yo me encontraba, se presentaron motines exigiendo la celeridad de sus casos. En mi torre había un compañero preso desde hacía seis años y con 150 visitas al tribunal sin que se resolviera su caso. Cada vez que lo trasladaban salía ilusionado, pensando que le iban a dictar una medida cautelar y cuando regresaba tenía que hablar con él para ayudarlo a salir de una depresión que lo llevaba a decir que prefería la muerte a seguir en ese juego perverso. El era un buen hombre, hablaba con sus hijos todos los días y cada domingo venían con su esposa a visitarlo. El me aseguró que era inocente y terminé creyéndole porque era la suya una situación similar a la mía, recluido, como yo, en un sitio donde la vida está en peligro permanente. No en balde Yare está considerada como una de las prisiones más peligrosas de Venezuela, del continente y quizás del mundo.

Sigo siendo un preso político
Los días jueves teníamos visita conyugal, y los domingos de nueve de la mañana a tres de la tarde podía recibir a tres personas, que debían tener alguno de mi dos apellidos, Blanco o Cabrera. A diferencia de los demás presos, se me negaba la visita de mis amigos. Eso ocurrió con mi hermano Antonio Ledezma, también con Julio Borges, Henry Ramos, la MUD en pleno, los diputados Ismael García y Pastora Medina, así como un grupo de parlamentarios y delegados de Amnistía Internacional y muchos venezolanos.

Allí conocí muchos custodios que ya estaban en Yare cuando el entonces teniente Coronel Chávez era uno de los huéspedes. Y ellos me cuentan que tenía Internet, teléfono, asistentes, reuniones interminables y visitas permanentes. Yo debí esperar casi ocho meses y salir en libertad para poder saludar a familiares cercanos, amigos y compañeros de trabajo. Incluso, para visitar a una hermana que sufrió un infarto el día en que el psiquiatra Jorge Rodríguez dijo que yo era "el estrangulador de Caracas".

También pude superar esta prueba gracias a la familia. Mi madre, una mujer ejemplar, un roble a los 84 años, que no descansó para que se hiciera justicia en mi caso. Andreína, mi hija, de 22 años, que debió dejar los estudios universitarios para dedicarse a tiempo a mi causa. Lo mismo mi esposa Mandy y mis otros dos hijos, Richard Alberto y Valeria, quienes pasaron las humillaciones de infamantes requisas en el centro penitenciario.

Y si salí de la cárcel considero que aún sigo siendo un preso político. No puedo salir del Área Metropolitana de Caracas sin permiso de la jueza. No puedo hablar de mi caso y debo presentarme cada quince días ante el tribunal. Pero me comprometí con la jueza a cumplir al pie de la letra estas medidas cautelares porque fue muy clara al advertir que si no lo hacía se revocaría la medida y yo no quiero volver a la cárcel.
Printer Friendly | Permalink |  | Top
naaman fletcher Donating Member (1000+ posts) Send PM | Profile | Ignore Sun Apr-11-10 08:37 AM
Response to Original message
1. I've noticed some people here are silent on these stories for some reason.
I can't imagine why.
Printer Friendly | Permalink |  | Top
 
protocol rv Donating Member (1000+ posts) Send PM | Profile | Ignore Sun Apr-11-10 04:44 PM
Response to Reply #1
2. Stories about human rights abuses by leftists don't fit the pattern they want
As the Dutchliberal said, it's cognitive dissonance.
Printer Friendly | Permalink |  | Top
 
DU AdBot (1000+ posts) Click to send private message to this author Click to view 
this author's profile Click to add 
this author to your buddy list Click to add 
this author to your Ignore list Thu Apr 25th 2024, 08:48 AM
Response to Original message
Advertisements [?]
 Top

Home » Discuss » Places » Latin America Donate to DU

Powered by DCForum+ Version 1.1 Copyright 1997-2002 DCScripts.com
Software has been extensively modified by the DU administrators


Important Notices: By participating on this discussion board, visitors agree to abide by the rules outlined on our Rules page. Messages posted on the Democratic Underground Discussion Forums are the opinions of the individuals who post them, and do not necessarily represent the opinions of Democratic Underground, LLC.

Home  |  Discussion Forums  |  Journals |  Store  |  Donate

About DU  |  Contact Us  |  Privacy Policy

Got a message for Democratic Underground? Click here to send us a message.

© 2001 - 2011 Democratic Underground, LLC